jueves, 23 de enero de 2020

Martes 17 por la tarde: en el pueblo de Abiquiu




Con el miedo a llegar tarde por desconocer las carreteras, habíamos llegado a Abiquiu con tiempo de sobra, así que nos dedicamos a visitar el casco antiguo. Así que anduvimos un rato por la calles, que tampoco había mucho que recorrer, y visitando una interesante tienda de antigüedades.


En la plaza de Abiquiu, con la iglesia de Santo Tomás al fondo.

Para nuestra sorpresa, entre las antigüedades vendían un trillo español por 1.800 US$.

Isabel Trujillo, directora de la Biblioteca y Centro Cultural del Pueblo de Abiquiu, y mujer muy activa con la comunidad local, había organizado la logística del evento, incluyendo una cena con gastronomía local.


Repetimos el programa de la mañana: la charla de Enrique...



...y los villancicos, con explicación de Edmundo y traducción de Natalia.
El instrumento más impactante en todas las actuaciones fue la zambomba.

La indumentaria tradicional también causaba sensación.



 La visita posterior a la iglesia de Abiquiu fue toda una experiencia para recordar. Dexter, el marido de Isabel Trujillo, nos  explicó detalles muy interesantes de la iglesia, hablándonos en un castellano antiguo peculiar, con influencia mexicana y sefardí.



De vuelta a Santa Fé, e invitados y guiados por Hilario, hicimos una visita nocturna muy interesante.


La iglesia y la plaza central de Santa Fé estaban engalanadas con iluminación.



En la antigua fonda junto a la plaza hay unos rincones muy bonitos.
Uno de los salones tiene balcones para asomarse a cotillear.

Tras un recorrido en coche por todo el casco antiguo, con Hilario explicando barrios, calles, edificios y rincones, tuvimos que despedirnos de esta bella ciudad y su gente, que tan bien nos habían acogido.


Hilario nos explica cómo se deben cuidar las paredes de adobe.

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