sábado, 18 de enero de 2020

Lunes 16: por el norte de Nuevo México

Después de un viaje largo y cansado, la Ronda Los Carrozas de Cifuentes (Guadalajara, España) llegamos al aeropuerto de Albuquerque, conocido como Sunport, pasada la medianoche del domingo 15 de Diciembre. Tras unas pocas horas, a la mañana siguiente ya estábamos de nuevo empaquetando el equipaje y los instrumentos para enfilar bien temprano hacia nuestros nuevos destinos en el norte del estado de Nuevo México.


Las dos furgonetas de 15 asientos que alquilamos fueron cruciales para el buen desarrollo del viaje.


Las furgonetas eran del tamaño justo para ir 8 personas con su equipaje e instrumentos.

Cada nuevo desplazamiento implicaba un análisis de volúmenes y capacidades.

Como mencionamos en una entrada anterior de este blog, las zambombas requieren un cuidado y un cariño especiales, pues dependemos de ellas para los villancicos tradicionales. Así que, durante cada desplazamiento, cada zambomba se sujetaba fuertemente al asiento con su respectivo cinturón de seguridad personal, ¡como cualquier otro miembro de la ronda!


Las Montañas Sandía, visibles a la derecha en nuestro viaje a Santa Fe.

Después de instalarnos en el hotel de Santa Fé (el Sage Inn, que se pronuncia "seiyín"), teníamos mucho hambre y poco tiempo para comer, así que decidimos hacerlo rápidamente en un supermercado que habíamos visto junto al hotel al llegar. Esto de comer en un supermercado no es tan frecuente en España, pero resultó interesante y la mayoría lo disfrutamos, incluso aunque no nos dejaron bebernos la cerveza que acabábamos de comprar...


Marisol y Santiago disfrutando de la comida rápida con el resto del grupo.


De camino a Taos, el tiempo se fue volviendo cada vez más frío según nos acercábamos a las montañas.


Esa tarde del lunes 16 de diciembre la pasamos visitando el antiguo pueblo indígena (Pueblo de Taos) de los indios Pueblo, y el casco antiguo del actual pueblo de Taos. ¡Vaya lío de pueblos!



Nuestra primera sorpresa al llegar al Pueblo de Taos fue el precio tan elevado para poder visitarlo.


La mayoría de los lugares patrimonio mundial son de acceso público y gratuito, pero este no es el caso.

El cementerio y las ruinas de la antigua iglesia.
Foto de familia en la Plaza Mayor del Pueblo de Taos.


La zona central del pueblo, con casas de varios pisos, es la más impresionante.


Nuestra primera experiencia de turismo cultural en Estados Unidos resultó interesante.

Foto de grupo de despedida, gracias al guía local.


Sin pretenderlo, esa noche tuvimos la oportunidad de cantar nuestras canciones de ronda en el bar del hotel, invitados por la pareja de cantantes de música pop-folk que estaban actuando. Como les coreábamos y acompañábamos en las canciones que eran conocidas, en cuanto descubrieron que habíamos ido a Nuevo México a cantar, quisieron escucharnos.

Todavía estamos tratando de conseguir alguna de las fotos y vídeos que estuvieron sacándonos desde el público esa noche, pues después nos dimos cuenta de que, sin haberlo pretendido, ¡esa había sido nuestra primera actuación en los Estados Unidos!

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